Reflexión:
Mujeres negras en la literatura en Puerto Rico
La identidad de Puerto Rico es un tema que
siempre ha causado revuelo. La diversidad que nos distingue nos hace cuestionar
qué somos en
realidad. Nuestras raíces son muy variadas, y esto es uno de los factores que
afectan la literatura de nuestra patria.
La
literatura en Puerto Rico es resultado de un desbalance emocional y económico
que nuestra isla atraviesa desde la colonización. Desde que hay historiadores
en la isla, sabemos el contexto histórico que nuestra gente atravesó para ser
lo que somos ahora. Pero lamentablemente, solo se habló de una cara de la
historia. La negritud fue la otra cara marginada por la historia, hombres y
mujeres traídos de otro continente para trabajar en una isla en la cual se les
maltrataba, se les violaba y se les impuso una religión ajena a la de ellos.
Esto causó que a las personas de tez negra se las vieran difícil para salir
adelante. Esto no se queda ahí. Si los hombres negros han sufrido por esta
esclavización, no podemos ni imaginar lo que han sufrido las mujeres negras.
Castigadas por su género y su raza.
Con
el pasar del tiempo, esto ha cambiado. El esclavismo se acabó, y el movimiento
feminista comenzó a darse en los Estados Unidos en la década de los setenta.
Gracias a la relación que Puerto Rico guarda con Estados Unidos, las
puertorriqueñas se convirtieron en
objeto y sujeto de la literatura, es decir, aumentaron las autoras y los personajes
femeninos y negros en la literatura, que tanto fue invisibilizada en épocas
anteriores. Esto dio pie a la discusión del tema de la negritud.
Al
principio no fue tan color de rosa. Las personas que primero cogieron el lápiz
y el papel para escribir en Puerto Rico, personificaron a las mujeres negras
como esclavas, sirvientas y prostitutas,
personajes oprimidos en todas sus etapas. “Una mirada panorámica a la
literatura puertorriqueña nos permite observar que la mujer negra en muy
escasas ocasiones aparece como personaje central” (Ramos, 349) Esto es a causa
del contexto en el que los autores crecieron. Seguía viéndose solo un lado de
la historia, pero esta vez se incluía un personaje nuevo: la mujer
puertorriqueña negra.
Hace
unos 20 años, los personajes puertorriqueños presentados en nuestra propia
literatura, presentan una imagen satírica. No solo eso, estos autores que mofan
nuestra propia identidad, son los que se presentan en las escuelas de este
país. Tenemos como resultado, una población que no quiere aceptar sus raíces de
negritud gracias a la imagen que se nos ha vendido a través de la literatura se
aprueban para educarnos. ¿Alguien ha
intentado ir en contra de esta falla? “El tomar conciencia de este problema
trae, por ende, unas rupturas ideológicas con la clase dominante y la burguesía
mitificada.” (Ramos, 350) Este problema es a causa de nuestra propia educación
y de los valores que nos han repetido sin ser cuestionados.
En
esta investigación exploraremos algunas de las autoras y personajes que han
nacido tan reciente como en este siglo. No significa que antes no existieron,
sino que varios autores y autoras se han dado la tarea de investigar acerca de
mujeres negras que sí existieron y que
además formaron parte de nuestro crecimiento como país, pero que han sido
dejadas fuera de la historia, como dice Yolanda Arroyo Pizarro en la
dedicatoria del libro “las Negras”. Con esto quiero decir que en nuestra
formación académica solo se dijeron algunas cosas de estas mujeres tan importantes
en la formación de nuestra identidad.
Las
mujeres negras fueron más que esclavas como se ha acostumbrado a pensar. Por
eso me ha sorprendido mucho libros como “Destellos de la negritud”, “las
Negras”, “Acá Abajo Vive Gente”, “Capá Prieto” , “La mujer Negra En La
Literatura Puertorriqueña”, entre otros. Estos libros han impactado mi vida y
definido mi identidad, abarcando temas que aunque son muy antiguos, son un nuevo tesoro en mi vida.
En esta
reflexión me enfocaré
en “Capa Prieto” y “las Negras”. Primero
porque mi género literario favorito es la cuentística. Segundo porque tuve la
oportunidad de conocer a las autoras y pude conocer más a fondo su punto de
vista acerca de sus libros.
Yvonne
Denis Rosario nació el año 1967 en San Mateo de Cangrejos, Santurce. Su primer
libro “Capá Prieto” cuenta con 12 relatos que forman a su vez un micro cuento.
“...todos los relatos se centran en la caracterización de personajes negros y
mulatos significativos para la sociedad puertorriqueña, cuyas vidas son desconocidas
aún.” (Rosario-Denis, 9) Estos personajes, hombres y mujeres, rompen con la
postura dogmática en la literatura al ser la mayoría de la clase trabajadora,
pobres y negros. Esto nos ayudará a
entender lo compleja y rica realidad de Puerto Rico.
Me enfocaré en los relatos más cercanos a
nuestro tema de género y raza, pero cabe señalar que el libro está lleno de
críticas tanto para el capitalismo como para la política popular de Puerto
Rico. Pero aquí reflexionaremos acerca de los personajes mujeres luchadoras,
mulatas, caribeñas y negras. “Las fuentes de inspiración para sus
relatos son: las personas negras, la pobreza, el dolor de la vejación, el
discrimen, el prejuicio, y la carencia...” (Ramos, 127)
En el relato “Ama de Leche”, la autora re encarna una esclava del
siglo XIX a la cual le pone el nombre de Maíta. Esta mujer amamanto
a los hijos de los negros y los hijos de los hacendados también. Encuentro que
es importante este personaje porque está en un papel protagónico y además
afecta de manera positiva la creación de la identidad puertorriqueña. “Cuando
se lactaba, un vínculo se establecía entre la alimentadora y el alimentado” Es
decir, ya no era solo una esclava, era parte de la historia de esa familia,
además de lactar a los niños, les cantaba canciones de cuna y le contaba
historias de la tradición negra que ellos nunca olvidarán. La ama de leche crea
un vínculo muy importante entre los dos cuerpos y este dato es vital para la
creación de nuestra identidad.
En el relato “El Turbante del Maestro” la autora nos narra la historia de
Celestina Cordero y su hermano Rafael Cordero. Rafael es un maestro
puertorriqueño que se dedicó a la educación de los niños negros y mulatos sin
recibir paga. Su hermana es una de las primeras mujeres negras y libres que
solicitaron una licencia de maestra. En este relato, Yvonne presenta una
historia diferente a la que conocemos, presentando a Celestina como una mujer
tierna, solidaria y lo más importante: negra. Ayudando a su hermano a fundar la
escuela para que los niños que no tenían los recursos pudieran ir a educarse.
Para mi este cuento es muy importante porque vemos un hombre con una aportación
como esta, pero la realidad es que quien esta detrás de todo esto es Celestina.
En este caso, fue maestra de la hija de Maíta. Por eso dice: “Celestina, me
sacó del analfabetismo.” (Denis-Rosario, 47)
Una aportación sin lugar a dudas muy importante ya que la educación es
el regalo más preciado que se le puede dar a un joven y más aún a una persona
que ha sido marginada por la sociedad.
Hay cierto simbolismo en este cuento
si lo leemos con cuidado. Toña es la hija de Maíta, ambas mujeres negras. Esta
joven tenía muchos deseos de ir a la escuela, cosa que nadie aceptaba; pero
tanto insistió que al final llegó a un acuerdo con Celestina. Crearon un
intercambio muy bonito en el cual, Toña y Maíta ayudan a cocer los turbantes de
Rafael Cordero. “Esto nos hace pensar que debemos ya iniciar un proceso de
apertura hacia una educación liberadora tanto de niñas negras y mulatas que no
han podido tener el acceso a una información que les dará poder.”(Ramos Podemos
entonces podemos aplicar esta situación a nuestro mundo actual. Toña la
personificación de la literatura de las mujeres negras que quieren entrar al
sistema educativo y que se les ha dejado afuera por su género y su raza. El
cuento tiene un final esperanzador al Celestina mostrar solidaridad con esta
niña y promover una educación abierta.
Con los cuentos “Ama de Leche” y “El
Turbante del Maestro”, tenemos un
ejemplo de relatos que se relacionan con los otros. Es importante destacar que
los personajes se van moviendo, de tiempo y espacio, del campo a la ciudad, o
de Puerto Rico a Nueva York, como es el caso de “La cucaracha y el ratón de
biblioteca”. En este relato conocemos a Pura Belpré, una
mujer negra que migró de Puerto Rico hacia Nueva York para la boda de su
hermana y que por razones económicas no pudo regresar. Estando en los Estados
Unidos “...enfrentó inmediatamente el racismo.” (Ramos, 129) Pura fue en busca
de trabajo y al llegar a su entrevista en la Biblioteca Pública de Nueva
York, la mujer que la iba a entrevistar
le dijo: “Las plazas para empleados de mantenimiento están ocupadas.”
(Denis-Rosario, 72) Pura se mantuvo
firme y consiguió el trabajo; luego de mucho trabajo se convirtió en la primera
mujer puertorriqueña negra que estuvo a cargo de la Sala Infantil de la
Biblioteca Pública del estado de Nueva York.
Me sorprende que una mujer puertorriqueña haya llegado tan lejos y no se
enseñe en las escuelas. Entiendo que es importante que estos datos deben
exponerse en las escuelas. Más cuentos y libros como estos se deben impulsar en
la educación para que nuestro Puerto Rico esté orgulloso de su identidad y sepa
hasta dónde pueden llegar si se lo proponen.
Otro caso similar es la vida de
Adolfina Villanueva en el relato “Desahucio desde el Palmar. La autora nos
narra la historia de Adolfina en Loiza. Esta mujer a la que considero una
héroe, murió defendiendo su pequeña y humilde casa en donde
vivía con su familia. Los policías buscaban silenciar a esta mujer que solo
pedía justicia. Esta mujer que murió sin
razón nunca se le dio justicia. Podemos inferir que habían otros intereses
políticos y económicos envueltos, pero esto no daba ni una razón para terminar
con la vida de esta mujer negra, pobre y humilde. Este final no es
esperanzador, pero si hay algo importante que debemos notar. Esta mujer negra
no fue ni prostituta, ni sirvienta, fue una mujer valiente que luchó
por lo que sabía que era correcto.
“Ficha: Ángelamaría Dávila” trata de la muerte de la poeta Ángela
María a manos de su amante Gregorio, un doctor
especializado en patología. Ella misma había escrito como si se hubiese visto
muerta, como si su destino por su género, clase y su raza fuera ese.
Me duele la vida
todo tiene su final,
me duele la salsa,
nada dura para siempre,
me duele por Héctor Lavoe. (Denis-Rosario,
88)
Gregorio le tenía envidia por las palabras que ella
sabía expresar con tanta fluidez, él
siempre quiso. Gracias al contexto en el que él se educó, nunca logro entender
como una mujer pobre y negra podía tener este don.
Añadimos a este equipo de narradoras afro
descendientes a Yolanda Arroyo Pizarro, una novelista, cuentista y ensayista
nacida en Guaynabo en el 1970. Está comprometida con resaltar la importancia de
su negritud y es digna representante de la comunidad homosexual. En su libro
“las Negras” precisamente habla de las situaciones que las mujeres
negras, provenientes de África, tuvieron que pasar en su trayecto hasta Puerto
Rico, su vida en la isla y lo que las circunstancias les hizo hacer. Estos
temas son importantes porque nos presentan el lado de la historia que los
historiadores dejaron fuera.
Este libro
es una trilogía narrativa. No se entrelazan una con las otras pero tratamos la
misma temática desde la dedicatoria: “A los historiadores, por habernos dejado
fuera” (Arroyo, 7) De primera instancia
esta dedicatoria nos adelanta una fuerte crítica a la historia en Puerto Rico.
Yolanda a su vez, se hace parte de esa historia que ha sido invisibilizada y
pide que se escuche su historia y la de estos personajes femeninos que
enfrentaron el maltrato que implicó la esclavitud. Es muy impactante gracias a
las descripciones gráficas que la autora presentan en distintas situaciones.
El
primer relato de este libro trata de “Wanwe”. Una mujer que mientras es traída
de África, nos narra desde su perspectiva la historia trágica de otra de las mujeres que es traída de otra
tribu africana. Muchas cosas están pasando, la autora nos habla para que
nosotros sepamos. Estas mujeres fueron traídas en unas condiciones terribles,
además como todas son de tribus diferentes, no hay forma en la que puedan
comunicarse y hacer un intento de escape. Mientras tanto, una de ellas se
desamarra y se tira de la canoa. Las demás en cómo ven como es castigada hasta
que provocan su muerte a boca de tiburones.
Me
hace cuestionar y reflexionar mucho esta situación. Primer punto de la autora:
además de hombres, había mujeres traídas de África, muchas mujeres. Además eran
tiradas al fondo del barco junto con los hombres, en donde pasaban los próximos
meses hasta llegar al nuevo mundo, desconocido por todas ellas.
Eso
nos lleva a hablar del segundo cuento de este libro “Matronas”. Aquí vemos a las mujeres negras en
otro papel completamente diferente al que estamos acostumbrados. Podemos
notarlo desde el título, donde la autora utiliza la palabra “Matronas” que
significa que mujeres que son están autorizadas a asistir en partos. Y de eso
mismo trata el cuento. La única diferencia es que estas mujeres en acto de
lucha, se pusieron de acuerdo para matar los niños una vez nazcan o si tienen
la oportunidad, mientras están naciendo. Este acto heroico comenzó con el deseo
de no ver a sus propios hijos crecer en un mundo donde serán esclavizados.
Antes de que
llegaran a ser torturados, estas
mujeres en un acto de amor deciden mejor matar a sus hijos. Ndizi, la
protagonista en este cuento cuenta antes de ser asesinada por su delito revela:
“Los ahogo en el balde de recolectar placentas, padrecito. Presiono sus negras
gargantitas con mis dedos y los sofoco. O les asfixio con sus cordones umbilicales,
incluso maniobrando antes que salgan del vientre. La madre no se da cuenta, o
lo prefiere, o lo ha pedido...”(Arroyo, 94) Luego de esta confesión, Ndizi es
ahorcada por el crimen que confesó. Ella con su conciencia tranquila, sabiendo
que lo que hizo es seguido por muchas “hemos logrado un ejército.”(Arroyo, 94)
Este
cuento tiene mucha tela para cortar, pero quiero reflexionar acerca de lo que a
mí me llamo más la atención. Estas esclavas que pertenecían a alguien que las
compraba, que tenían contados los días de su vida y además lo que tenían que
hacer con ese tiempo. Aprovecharon este momento en donde nacía un esclavo nuevo
para dar por terminado a un ciclo. Tuvieron la oportunidad de darle libertad a
un alma y se la dieron. Este cuento muestra la solidaridad de estas mujeres
para con sus próximas generaciones diciendo: nosotras no elegimos cuando esto
empezó, pero si elegimos como esto va a terminar. Y para mí eso es un acto
heroico y de mucha valentía que nos enseña que las mujeres negras fueron más
que sirvientas y amantes.
En
todos estos relatos vemos otra cara de estas mujeres que han contribuido tanto
a nuestra formación como país. Dan sentido a nuestra identidad y fortaleza a
nuestras raíces. No podemos negar que llevamos sangre de Europa y de África en
nuestros cuerpos. Tenemos que aceptar nuestro legado y darle la importancia que
se merece. Leyendo de sus aportaciones, investigando más allá de los libros de
historia podemos saber bien qué fue lo que paso. Si conocemos su historia
entonces no se luchó en vano y nos uniremos como puertorriqueños que
somos. Beatriz Berrocal en el final
de su poema “Rectificando” lo
describe de una manera perfecta:
Entonces,
al saber
que me
recobro y vivo,
me siento
renacer
como
semilla nueva.
Sí: fuerte.
Sí: sola.
Si: libre.
Sí: Negra bella, ¡Sí!
Entiendo
que libros y cursos como este se deben de fomentar más en nuestro país y en l
mundo entero. Es de extrema importancia abrir
nuestras mentes y descubrir hechos reales que jamás pudimos imaginar. Tenemos
que salir de la burbuja y darle oportunidad a otras ramas como esta se
destaquen tanto en las escuelas como en las universidades. Uno de los causantes
de la falta de interés es la falta de educación.
Dedico
esta reflexión a mujeres que han influenciado en un crecimiento que jamás
imaginé posible. En primer lugar a mi profesora, la Dra. Marie Ramos Rosado o mejor conocida como “Marie
la de Calabó”, por despertar mi interés no sólo de aprender sino también de
actuar. También quiero agradecer a Yvonne Denis-Rosario y a Yolanda Arroyo
Pizarro por indirectamente invitarme a formar parte de este recuento de la
historia. Espero que este sea solo el comienzo de un legado para nuestro país,
que como dice Marie: “hay que tener mucho de ese Maldito amor por Puerto Rico.”
Referencias:
Arroyo
Pizarro, Yolanda. las Negras. Carolina, P.R.: Boreales, 2012
Denis
Rosario, Yvonne. Capa Prieto. San Juan/ Santo Domingo: Isla Negra, 2009
Ramos
Rosado, Marie. La Mujer Negra en la Literatura Puertorriqueña.San Juan,
P.R.: Editorial de la Universidad de
Puerto Rico, 1999.
Ramos
Rosado, Marie. Destellos de la Negritud: Investigaciones Caribeñas.San
Juan, P.R.: Isla Negra, 2012.
Lengua
y Historia: Historia abreviada de
la literatura puertorriqueña. http://enciclopediapr.org/esp/article.cfm?ref=06100601 Revisado el 1 de abril del 2013
<